Fernando Sor, Variations on a theme by Mozart

Fernando Sor, Variations on a theme by Mozart

martes, 16 de febrero de 2010

Poemario Dzunum V


Leonardo


Renoir


   
Anguiano


Boticelli
La Prosa de Dzunum.


El Frío Persistente del Alma

Pasaron de largo las nubes. El medio día, tórrido, flagelando la maleza, la doblega y parece que va a caer.

Los saltamontes se ocultan en la hierba para no morir calcinados. El sol tiene la cualidad de crear el silencio absoluto en la campiña. ¿Dónde se guardan los pájaros?........A duras penas llegué a refugiarme bajo la sombra del único árbol que se erguía sobre la hirviente alfombra solar.

Cuántas veces, el alma, en la llanura desolada, bajo el frío invernal, llamó a las puertas húmedas y heladas de las cabañas sombrías en busca del calor indispensable para sobrevivir, sin ninguna respuesta.

Ahora, con este sol, intenso y asfixiante, el frío del alma persiste inexplicablemente y me pregunto si ya su ciclo, el de mi alma, habrá terminado sin que me haya dado cuenta.

Dzunum.


El Solitario

La soledad, tan vinculada al ascetismo, al ermitaño, al silencio, a la tranquilidad, ¡cuántas veces la provocamos en nuestra vida cotidiana!, no para buscar el crecimiento de nuestra espiritualidad, no para la meditación, no para la contemplación o la paz del alma, sino para evadir la existencia de los demás.

La soledad, la experimentamos con el aislamiento físico, pero cuando se va metiendo en el alma, nos abruma y entonces corremos a reincorporarnos a nuestro entorno social, para abatirla. Nos servimos de ella, pero no nos atrevemos a adoptarla. Nos da el sosiego que termina en desasosiego.

La soledad, deleite de ermitaños y poetas, se disfruta en el paraje deshabitado, pero no es absoluta, porque aun sustrayéndose a la compañía de los pájaros, al ruido de la lagartija cuando mueve la hojarasca, al grito de las gaviotas o al silbar del viento, no pueden sustraerse a la compañía de sus propios pensamientos.

La temible soledad ante el universo inconmensurable, ante lo infinito y ante la muerte, sólo puede competir con la insufrible soledad absoluta del alma.

¡Era tanta la soledad del alma que padecía “El Solitario”! que la misma soledad, compadecida, caminó de la mano con él, para hacerle compañía.

Dzunum
2003

Extravío

¡El amor se quedó en los confines del tiempo! Tan lejano estaba el horizonte… Debió irse al abismo sideral simultáneamente con el sol, fundido en el ocaso.

Ya no sé si el amor fue el sentimiento abstracto o la fusión de dos cuerpos.

¡Se ha quedado todo tan lejano!

¡Han desaparecido tantos colores de mi existencia!

No quiero pensar en mis pasados años que a veces destellan en las brumas perdidas, pero la nostalgia es más fuerte que yo y a veces me abate.

Me refugio en bellos acordes y vuela mi mente sobre la alfombra mágica de los cuentos orientales.

Es tal la simpleza de mi fantasía, que en viaje paralelo al viento y la brisa, escudriño entre las nubes y busco en las llanuras, bosques, playas, manglares y el mar inmenso, pero no encuentro lo que ya no puedo encontrar.

No puedo desasirme de la tristeza viajando eternamente, porque las fantasías son breves y, al concluir, sólo queda de ellas, una lágrima.

Dzunum.